Julio Monreal

08.05.2013

La alcaldesa de Quart, Carmen Martínez, se ha quejado, y con razón, porque la ruta ecuestre que impulsa Valencia ha llenado de boñigas el llamado Parque Fluvial del Turia, que está fuera del término de la capital, y nadie ha acudido a limpiarlas. Eso de apostar por los caballos está fenomenal, pero organizar una actividad en la parcela de otro y dejarle el patio de la casa lleno de excrementos de caballo no está bien. Por eso, la edila socialista, aunque exige que intervengan la Confederación Hidrográfica y la Generalitat, a quien quiere tirar de las orejas en realidad es a su vecina y rival Rita Barberá, a la que acusa de no haber autorizado que los caballos transitaran por el Jardín del Turia y sí haber orientado a los jacos hacia el Noroeste, a defecar en los dominios de otros que, como recuerda Martínez, llevan 13 años peleando por un parque digno para que ahora se lo llenen otros de caca.

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